Bajo Alegre no figura en ningún mapa turístico pero el que va, vuelve

Por El Diario 24 — 1 de enero de 2010 en Argentina
Bajo Alegre no figura en ningún mapa turístico pero el que va, vuelve

Corresponsalía Santiago del Estero. Bajo Alegre viene a ser uno de los pagos más bonitos de Santiago, amigos. En una provincia acostumbrada a los hermosos paisajes de Villa La Punta, Ojo de Agua, Las Termas, Sumampa o Copo, quien quiera nombrar una vista hermosa, necesariamente debe hacer un alto en Bajo Alegre, cuna de Galvanes y Bracamontes, entre otros apellidos de gente buena que honran este rincón de la provincia con su trabajo y sus sueños.Una sensación de frescura invade al visitante al llegar, cuando advierte, luego de pasar una pequeña loma, que allá abajo hay una especie de pequeño valle fértil, con algunas casas desperdigadas aquí y allá. Todos los años, sin faltar uno, la gente vuelve a tener esperanzas en el futuro y para ratificar esa fe inquebrantable en la vida, siembra maíz, anco, sandía, melón, calabaza. Por eso, llegar a Bajo Alegre, en el departamento Jiménez, una tarde de enero, con los coyuyos haciendo eco al silencio siempre ruidoso del bosque, más que una felicidad viene a ser una algarada radiante del espíritu.Es seguro de que muchos al leer estas líneas recordarán otros pagos quizás más fecundos, más bonitos y sobre todo más frescos que este. Que alguno dirá que tal o cual lugar se le parecen demasiado, pero que lo superan por alguna cualidad de la tierra o de su gente.Está bien.No es intención de estas líneas discutir con nadie. Que cada cual abra el arca dispuesta de su corazón y revise si tiene idea de algún lugar hermoso y no reconocido en los mapas turísticos que se venden en las esquinas. Que lo evoque y, si puede, que regrese.Yo me conformo con pensar una mañana de abril o mayo de hace unos años, cuando volví una vez más a visitar a los amigos de Bajo Alegre y me topé con Luis Galván, en su casa al lado de la represa para conversar de sus animales, de su vida, de la mía y de los tiempos que están por venir. Que son los únicos que importan.Uno de estos días voy a retornar, quizás este mes o el otro. No quiero morirme sin mirar otra vez las estrellas por entre las ramas de un algarrobo de este pago tan querido. Sin que falte una cerveza pegada al catre. Y tus ojos, amor, para agregar perfección al momento.©Juan Manuel AragónLeer más notas de Juan Manuel AragónTags

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