Las Sorpasso del Gordo

Por El Diario 24 — 1 de enero de 2010 en Argentina
Las Sorpasso del Gordo

Las más comunes eran las Flecha, después venían las Sorpasso, que venían a ser las Adidas con lucecitas de ahora. Eran de color azul o matecocido con leche y abajo traían unas franjitas que daban más agarre. También estaban los botines Sacachispas, que eran más caros que no sé qué y pocos los tenían y los Quégolazo, que venían a ser unos Sacachispas para pobres, te los ponías dos veces y se hacían pomada.El Gordo cayó ese día a la escuela con unas Sorpasso azules nuevitas. En el recreo estábamos jugando a la pelota en el patio, que tenía un alambrado a la vuelta. En eso, la pelota voló para afuera. El Gordo corrió a traerla, trepó el alambrado, cruzó la calle, pateó la de trapo y volvió. Cuando estaba trepando, se le enganchó la zapatilla en un alambre y se le rompió toda la planta, a la altura del taco. Se le hizo moco, como dicen ahora.Al día siguiente, el Gordo no salió a jugar en el primer recreo. Se quedó sentadito en el banco. En el segundo, tampoco. Ya en el tercero, decidimos averiguar qué le pasaba. Le corrimos el banco de adelante, lo levantamos, lo dimos vuelta y nada.-¡Eh, Gordo!, qué te pasa. Vení a jugar a la pelota- le dijo alguno.-No puedo- dijo el Gordo.-Pero, vení, qué te va a pasar.-Nada, no puedo- seguía diciendo.Y fue Pelusa, creo, el que se dio cuenta. El Gordo había venido con la zapatilla izquierda y una media azul. En el pie derecho, en vez de zapatillas tenía solamente la media y el padre le había pintado una franja blanca con témpera, para que pareciera que tenía las Sorpasso puestas.A usted, que nunca ha salido de las cuatro avenidas, amigo, tal vez le haga gracia la historia. Pero a uno que sabe lo que es no tener zapatillas, todavía le duele, verlo al Gordo, sentado en el banco, sin moverse toda la mañana. Capaz que ahí sigue añorando el patio, sintiéndose un Rattin.©Juan Manuel Aragón          Leer más notas de Juan Manuel AragónTags

Juan Manuel Aragón