Brubank: otra Fintech argentina cuyas fallas dejan a sus clientes expuestos a estafas

Por Diego NofalTw: @turconofal
Ya es costumbre en estas columnas quejarme de las fintech, lo reconozco. Pero también hay que reconocer que fui uno de los primeros en apoyar la llegada de estas empresas al país. El problema es que desde su llegada hacen agua por todos lados, pero su principal problema siguen siendo las transferencias de fondos. Es un problema que no han podido solucionar y que además trae aparejados otros problemas, como dejar a sus clientes a merced de las estafas. Empecemos por el tema más importante y que ninguna de las Fintech argentina te dice cuando te sumas como cliente: las transferencias inmediatas a veces llegan de inmediato y otras no, muchas veces no. Es el caso de Brubank, una transferencia hecha un viernes por la noche puede llegar a acreditarse un martes por la mañana. Es decir que podés llegar a esperar cinco días por dinero que necesitabas de manera urgente.
¿La banca tradicional demora las transferencias? Sí, pero con mucha menos frecuencia y las demoras nunca son de más de 24 horas. Además, los bancos tienen call center dedicados a atender a los clientes, en el peor de los casos iras a una sucursal y podrás hablar con un ejecutivo de cuentas que intentará resolverte el problema o al menos te dará una explicación presencial del problema. Justamente en la atención al cliente es donde radica el problema más grave de las Fintech, en particular de Brubank, los soportes jamás te dan una solución, nunca cuando lográs sortear las 10 mil respuestas automatizadas, te encontrás con un representante que jamás te da otra solución que no sea “esperá unas horas”, que pueden ser días. Pero eso no es todo, la falta de atención de soporte suele hacer que la gente se vuelque a las redes sociales para manifestar sus reclamos quedando expuestos a las estafas. En el caso de Brubank, hay una cuenta de Twitter paralela, hecha para estafar a incautos, cuya arroba es Brubank, muy parecido al original. Una empresa 100% digital debería tener una persona especializada en detectar este tipo de delitos, pero no sólo no lo tiene, sino que además hace caso omiso de las denuncias de los usuarios. Está más preocupada de captar nuevos clientes que de proteger y brindar un servicio eficiente a los que ya tiene.