Los dirigentes de Atlético Tucumán quieren traer técnicos de la B o que hayan fracasado en la A

Por Diego Nofal Tw: @turconofalAtlético Tucumán es sin dudas el club más grande de las historia del fútbol norteño. Fue un equipo que animó copas y campeonatos nacionales, que sumó media decena de participaciones en torneos internacionales, que llenó las arcas de club en base a buenos resultados. Pero todo eso desapareció, en realidad lo hicieron desaparecer los dirigentes, tomando pésimas decisiones.
Nadie sabe dónde está el dinero de la venta de jugadores. Recordemos que entraron 800 millones de pesos por la venta de Leandro “Loco” Díaz y de Tomás Cuello, además de los ingresos que se habían generado por las copas internacionales. Esa plata nunca llegó a reforzar el plantel Decano, trajeron jugadores libres, en pésima condición física, con malos antecedentes en sus clubes y, salvo Bruno Bianchi, hace años que al Decano no llega un jugador consolidado. Si hablamos de entrenadores Atlético Tucumán está cada vez peor, desde la salida de Ricardo Zielinski , a quien no le habían traído jugadores en su último ciclo, trajo un técnico retirado, uno que jamás había dirigido y un ídolo del club que sólo triunfó como DT en la B. Ahora, la dirigencia, piensa seguir con la lista de nombres de entrenadores que no están a la altura de las circunstancias.
En el Decano suenan como entrenadores una dupla técnica que ni siquiera pudo ascender a primera: Sergio Gómez y Favio Orsi, tuvo buenas actuaciones en la B, pero sería traer otro Azconzábal. También quieren traer el periodista Rodolfo Di Paoli, que acaba de ser despedido por no haber logrado ni un solo triunfo en Primera División, sin contar que su ascenso con Barracas sólo fue posible gracias a polémicos fallos arbitrales. Por último suena Lucas Pusineri, ex jugador de Independiente que sólo tuvo un logro en su carrera como DT que fue ascender a la Primera A, pero en Colombia. En nuestro país siempre tuvo rendimientos de discretos para abajo como Técnico. Las opciones que suenan hasta ahora, parecen una burla para los hinchas del Gigante del Norte que además fueron despreciados nuevamente por la dirigencia que trajo, con bombos y platillos, a un delantero que viene de Ucrania que metió 11 goles en 10 años de carrera. “No es delantero, es enganche”, justificaron los periodistas pagados por Mario Leito, como si un enganche que metió 11 goles, en 10 años, fuera prácticamente Andrés Iniesta. Espero, por el bien de El Gigante del Norte, que este nuevo experimento, esta nueva burla hacia los hinchas, por parte de los dirigentes, llegue a buen puerto.