Encuentran a un hombre degollado: investigan si fue una venganza

Llevaba desaparecido un día, lo hallaron degollado. Carlos Hugo Irigoyen (59), empleado de Obras Públicas de la municipalidad y reconocido militante peronista de Ayacucho, fue encontrado muerto el sábado pasado; la Policía investiga si fue por venganza.   "Todavía no tenemos certeza que pasó, estamos en plena etapa de investigación y por eso no se descarta ninguna hipótesis", dijo a Télam una fuente de la investigación.   Según dijeron los voceros consultados, Irigoyen se fue de su casa el viernes último alrededor de las 16 y nunca regresó, por lo que su mujer radicó la denuncia por desaparición al día siguiente.   Las autoridades iniciaron la búsqueda y finalmente encontraron su cadáver en el fondo de un canal ubicada en la esquina de la avenida de circunvalación Tiburcio Bavio y calle Gato y Mancha, en una zona de quintas de Ayacucho, localidad situada a unos 328 kilómetros al sur de la Capital Federal.   Poco después se presentaron en el lugar los peritos de la Policía Científica dependientes de la Jefatura Departamental Tandil, a cargo del comisario inspector Claudio Ilundayn, quienes preservaron la escena del crimen para el levantamiento de rastros útiles para la causa.   El cuerpo de Irigoyen presentaba un profundo corte a la altura del cuello, además de otras heridas de arma blanca, presuntamente producidas al intentar defenderse de sus agresores.   De acuerdo a las fuentes, los peritajes determinaron que el hombre no fue asesinado en el lugar del hallazgo, sino que lo mataron, luego lo trasladaron hasta las afueras y descartaron su cadáver en donde no estuviera a la vista.   Por esta razón, los investigadores buscaban pistas en el lugar del paso de vehículos, con la intención de determinar en qué tipo de transporte fue movido el cuerpo.   Con respecto al móvil del crimen, los voceros relataron que la víctima tenía entre sus pertenencias un teléfono celular, aunque no descartaban que haya sido asaltado.   Es que la esposa de Irigoyen dijo a la policía que tenía entendido que su marido estaba negociando en los días previos con otra persona para comprar un auto y que era posible que el viernes 31 de mayo hubiera salido con una suma de entre 15.000 y 20.000 pesos con la intención de señarlo o comprarlo.   Ese dinero no fue hallado, pero los investigadores no concluyeron aún que el asesinato haya sido para robarle, sino que trabajaban sobre la hipótesis de que Irigoyen haya sido en realidad víctima de una venganza, que los asesinos se encontraran con esa suma entre sus ropas y hayan aprovechado la situación.   Durante las últimas horas, la Policía llevó a cabo varios allanamientos en distintos domicilios de Ayacucho, aunque hasta esta tarde no hubo detenciones.   Familiares y allegados de Irigoyen marcharon el último domingo en pedido de "Justicia" por el centro de la ciudad, y tenían prevista una nueva movilización para las 19 de ayer, que finalmente fue suspendida.   Según manifestó a los medios locales Hugo, hijo de Irigoyen, decidieron "suspender la marcha hasta nuevo aviso porque la Policía de Ayacucho, el fiscal, el Intendente (de la ciudad, Pablo Zubiaurre), van muy bien con el caso", y agregó: "Queremos dejar laburar a la gente". Los voceros indicaron que la víctima tenía seis hijos, tres con su anterior pareja y otros tres con la actual esposa.   "Era muy bueno, una persona muy querida. Esperamos que se esclarezca y atrapen a los asesinos", dijo a Télam Angélica, tía de la víctima. El homicidio es investigado por personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Dolores y la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Departamento Judicial Dolores, a cargo del fiscal Diego Bensi.    (Télam)