Un policía es sentenciado por transportar grandes cantidades de droga

El 3 de septiembre del año pasado, el agente Braian Barraza y Nelson Moyano viajaban rumbo a Tucumán en un VW Vento, luego de haber estado en Salvador Mazza, Salta. Al llegar al cruce entre la ruta provincial 81 y la nacional 34, en la localidad de Senda Hachada, fueron detenidos por personal de la Gendarmería Nacional en un control de rutina.Durante la inspección del vehículo, encontraron aproximadamente 46 kilos de cocaína escondidos dentro de un parlante. Los miembros de esta banda fueron sentenciados por este hecho. En la investigación liderada por el fiscal federal salteño Marcos Romero, surgieron algunos detalles del movimiento de los detenidos.
Por ejemplo, se sospechaba que Barraza estaba aprovechando su condición de policía para eludir los controles en las carreteras. De hecho, en el interior del vehículo se encontró su uniforme policial y un chaleco antibalas. Su defensa intentó refutar esta teoría, argumentando que tenía estos elementos porque al día siguiente tenía que cumplir su turno en Villa 9 de Julio, donde estaba destinado.Según la investigación, Ricardo González fue arrestado el 30 de diciembre en el partido de Laferrere, provincia de Buenos Aires. Fue capturado debido a tres graves errores.
En primer lugar, lo visitó en su lugar de detención argumentando ser pariente. Luego, se presentó ante las autoridades judiciales para solicitar la devolución del vehículo que había sido confiscado durante el procedimiento, aunque no pudo demostrar ser el propietario legítimo del mismo.El juicioEn el momento de las argumentaciones, la fiscalía, respaldada por la asistencia del auxiliar fiscal José Rafael Lamas, reafirmó la responsabilidad de los tres acusados en el incidente. De estos, solo Moyano admitió su participación, aunque alegó haberlo hecho bajo la influencia de Barraza y debido a la promesa de recibir una suma de $50,000 que necesitaba para ayudar económicamente a su familia.Por su parte, Barraza intentó presentarse como un amigo que había acudido a ayudar a Moyano como conductor, ya que Moyano no tenía licencia. Afirmó que Moyano lo había contactado para solicitarle ayuda. La defensa de González también argumentó en la misma línea. No obstante, todas estas coartadas fueron rechazadas categóricamente por la fiscalía, que logró demostrar durante el juicio la relación preexistente entre los tres hombres.En su acusación, los representantes del MPF explicaron que esta relación no solo se basaba en el testimonio de los testigos, sino también en pruebas documentales, en particular en el análisis de los teléfonos de los acusados. El fiscal Romero enfatizó que esta información se obtuvo de los teléfonos de Barraza y Moyano, y que a partir de ahí comenzó a surgir la implicación de González. El fiscal señaló que las comunicaciones entre ellos habían comenzado en julio de 2022.En los dispositivos móviles también se encontraron imágenes del viaje desde Tucumán hasta Salvador Mazza, tanto de ida como de vuelta. Según se expuso, González desempeñaba el papel de "coordinador logístico para facilitar el transporte de sustancias estupefacientes". En una conversación en julio, Barraza le informó a Moyano: "Amigo Nelson, le di tu número a Fer [González]. Mi primo de Buenos Aires te va a llamar. Quiere consultarte sobre unos negocios. Podría interesarte. Las ganancias son considerables".Además, se confirmó que en el día del incidente bajo investigación, hubo comunicaciones entre Barraza y González relacionadas con la droga. La fiscalía señaló: "Se discutió sobre paquetes que ya habían llegado, pero enfrentaban un problema porque no podían caber los 50 paquetes completos en el escondite". La fiscalía destacó que en estas conversaciones, González insistía en que se acomodaran los 50 paquetes. "Si los acomodan bien, caben; hay huecos entre los asientos y el lugar donde iba el parlante, tal como le expliqué a Nelson", insistió el acusado en una de las conversaciones. De esta manera, González confirmó la participación de Moyano en el asunto.El tribunal, conformado por Abel Fleming (presidente), Domingo Batule y Gabriela Catalano, emitió las siguientes condenas: Barraza recibió seis años y seis meses de prisión (se le aplicó el agravante por ser miembro de una fuerza de seguridad), González fue condenado a cinco años y seis meses, y Moyano recibió una sentencia de tres años de prisión en suspenso.Alarma por un sello: la marca del cártel de SinaloaLa investigación de este caso reveló un sorprendente giro. La droga incautada a los condenados llevaba el distintivo de Tesla, según las pesquisas realizadas por autoridades internacionales. Este sello se cree que estaría vinculado al Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones dedicadas al tráfico internacional de sustancias ilícitas. Este grupo fue fundado por Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien luego de años en fuga fue detenido y posteriormente extraditado a Estados Unidos, donde fue sentenciado a cadena perpetua.Los cárteles emplean marcas en los paquetes de cocaína para identificar su origen. En el caso del Cártel de Sinaloa, utilizan varias marcas distintas para indicar el destino, el comprador y la calidad de la droga. Sin embargo, lo que los distingue es que optan por nombres de marcas reconocidas. Además de Tesla, que es conocida por su fabricación de automóviles eléctricos, se descubrieron envíos en México y España que llevaban los sellos de Lamborghini (otra firma automotriz), Gucci (ropa, calzado y accesorios), Cohiba (puros cubanos), Rolex (relojes de lujo) y CR7 (la identificación de Cristiano Ronaldo), entre otros.Este hallazgo no solamente sugiere que miembros del Cártel de Sinaloa podrían haber establecido presencia en Bolivia, sino también que habrían llegado con el propósito de abastecerse y realizar ventas al por mayor. Esta información salió a la luz dos meses después del decomiso de 41 kilogramos de heroína, otra de las sustancias que el cártel mexicano produce para abastecer el mercado internacional.Nueva incautación: Decomisan casi 30 kilogramos de marihuanaEn una secuencia temporal cercana, agentes de dos fuerzas policiales diferentes llevaron a cabo el decomiso de aproximadamente 30 kilogramos de marihuana. Lo que resulta llamativo en este caso es que la sustancia estaba siendo introducida a la provincia desde Salta, utilizando una ruta inusual en comparación con la que normalmente emplean los narcotraficantes. El primer operativo tuvo lugar en el paso fronterizo de Cabo Vallejo, ubicado al norte de la provincia, donde las autoridades policiales confiscaron un poco más de 25 kilogramos de marihuana. Posteriormente, en el puesto de control de Molle Yaco, efectivos de la Gendarmería Nacional descubrieron a dos mujeres transportando más de dos kilogramos y medio de esta droga. Estos incidentes se suman al trágico accidente protagonizado por tres jóvenes en Colalao del Valle, quienes intentaron evadir un control de las fuerzas de seguridad y se informó que también estaban llevando consigo cannabis de manera ilegal.Históricamente, la marihuana incautada en la provincia solía provenir del este y no del norte. El camino seguido tenía su lógica, ya que los traficantes solían adquirir grandes cantidades de proveedores en la región del Litoral, quienes a su vez obtenían la droga en Paraguay. Los investigadores sostienen que actualmente la marihuana podría estar siendo producida en Bolivia o Salta con la intención de comercializarla en toda la región. Se advierte que, debido a la forma en que está empaquetada la marihuana, es posible que estas sean organizaciones recién iniciadas en esta actividad ilícita. "La forma de envoltura es similar a la utilizada para las hojas de coca", señaló una fuente.Tags
Cartel de Sinaloa Ricardo González