Buscan validar el arrope de chañar y el mistol como medicinas curativas

Por El Diario 24 — 17 de junio de 2011 en Tucumán
Buscan validar el arrope de chañar y el mistol como medicinas curativas

El uso de plantas medicinales está asociado a la historia de la humanidad y aunque la medicina ha evolucionado hasta llegar a límites impensados, hay quienes todavía siguen empleando estos recursos para curar numerosas enfermedades.

En nuestro país, en diferentes regiones, sobre todo en Santiago del Estero, Tucumán y Salta, el uso del mistol y el arrope de chañar forman parte de los alimentos tradicionales desde tiempos precolombinos y aún siguen vigente. En muchos poblados sus vecinos recurren a estas plantas no solo para disfrutar ricas recetas culinarias sino para curar catarros, tos y neumonías, entre otras afecciones y quienes las emplean dan fe de su valor medicinal.

Esta situación impulsó a especialistas del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Tucumán (CIUNT) y de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia a validar esos usos de manera experimental sometiendo las plantas a minuciosos exámenes y evaluaciones en laboratorio.

Para eso, bajo la dirección de la Dra. Alicia Sánchez Riera (CIUNT),  Marcos Reynoso, farmacéutico de la UNT y la Dra. Adriana Daúd,  diseñaron extractos  de las plantas procesadas que se aplicaron a animales de experimentación. “Utilizamos modelos animales de experimentación, ratas wistar, donde hicimos ensayos para cada determinación. Para ello se elaboraron patrones de dolor sobre las ratas ante los cuales debían responder y se les administró  drogas como la formalina o el ácido acético. Las sustancias se les administraban previo estimulo y posteriormente se medían los resultados”, contó Marco Reynoso.

“Los extractos a ensayar junto a patrones positivos como el ibuprofeno y la morfina y negativos, como la solución fisiológica, permiten comparar la actividad de las plantas en cuestión. Luego mediante métodos estadísticos se expresan los resultados con gráficos y tablas”, agregó.

Aunque todavía no se conocen los resultados los especialistas advierten que las primeras evaluaciones arrojan buenas perspectivas. Se ha comprobado hasta el momento que no producen contraindicaciones médicas ni efectos tóxicos y hay un notable nivel de acción comprobable.

“La ventaja de este proceso es validar un uso ancestral que se transmite de generación en generación mediante procedimientos científicos”, señaló Marcos Reynoso.  “De esta manera se proporciona una nueva alternativa farmacológica de origen natural con notorias ventajas con respecto a la farmacología clásica, ya que presenta menos efectos adversos,  la gente lo consigue fácilmente y no tiene  además se lo puede seguir usando con la seguridad de que es activo y no tienen derivaciones tóxicas”, agregó.