El empresario Di Bacco que llenó de caños y tanques el parque Sierra de San Javier se defiende

Por El Diario 24 — 1 de enero de 2010 en Tucumán
El empresario Di Bacco que llenó de caños y tanques el parque Sierra de San Javier se defiende

El empresario Eduardo Di Bacco, una de las personas que acabó comprometida en el conflicto entre la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y un particular que aduce la posesión de tierras en el Parque Sierra de San Javier, que es protegido por esa institución educativa, asegura que la Dirección de Recursos Hídricos estaba al tanto de la instalación de cañerías que él estaba haciendo, adentro de esa reserva, para llevarle agua a un futuro barrio privado.“Lo que ellos plantean es falso. Fueron los primeros en ser consultados sobre la posibilidad de proveer al emprendimiento. Recursos Hídricos no puede aducir que desconocía la situación. Siempre actué de buena fe. Pero terminé involucrado en este tema debido al mal accionar de la Universidad, que intentó solucionar un problema del que no se había ocupado durante 70 años”, declaró Di Bacco al diario La Gaceta.Sus aseveraciones se producen luego de que el director de esa repartición provincial, Desiderio Dode, le aseguró al vicerrector de la UNT, ingeniero Sergio Pagani, que las manifestaciones de Di Bacco y Cía S.A. eran falaces.“Nunca autorizamos la colocación de ninguna cañería ni mejora ordinaria”, ha expresado Dode, a través de un expediente fechado el 12 de junio. En febrero pasado, la Universidad secuestró 3.000 metros de cañerías y tanques de agua que Di Bacco había colocado en el interior del parque, con el propósito de transportar el líquido hacia un loteo suyo y de Carlos Bruchmann, situado afuera de esa reserva.Según el desarrollista, Recursos Hídricos lo derivó a la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT). Otro hecho que destaca Di Bacco es que su empresa estuvo haciendo estudios de caudales en la zona desde 2017. A lo largo de esos años -prosigue-, jamás apareció ningún representante universitario. “Mienten cuando dicen que ejercían el dominio”, razona. Por último, aclara que no realizó ningún desmonte para instalar la cañería, sino que utilizó una picada que ya existía. “Por ahí transita Carlos Torres para tomar agua de vertiente”, explica.Torres fue quién le brindó una servidumbre de paso a Di Bacco, con la aseveración de que se trataba de una parcela de su propiedad y con la presentación de una planimetría.Pero en abril último, la Dirección de Catastro le anuló esos planos de mensura para prescripción adquisitiva.La Universidad posee documentos que prueban que esas tierras -denominadas Las Tipas- les fueron compradas en 1948 a Guillermina Viaña de Colombres Garmendia. Lo que no posee es la escritura traslativa de dominio. Por eso, hace unas semanas inició un juicio de sucesión, a fin de acabar con ese trámite.“Ellos no tienen ningún título. No me pueden sacar. No tienen nada. Yo he nacido aquí”, contesta Torres. “Ahora queda al descubierto que la UNT nos hizo daño sin un derecho real.Esto me costó dinero y esfuerzo”, añade Di Bacco. No obstante, celebra la recuperación del parque. En noviembre de 2017, él; Torres; Bruchmann y Marcelo Villarreal (a quien también se le anularon las planimetrías de un terreno en ese sector) firmaron, en una escribanía, un convenio de constitución de un acueducto. En ese documento, Di Bacco y Bruchmann manifestaron que ambos se encontraban gestionando la conformación de un fideicomiso, con el objetivo de efectuar un desarrollo inmobiliario.Los otros dos aceptaron otorgarles un derecho perpetuo e irrevocable sobre ese ducto. A cambio, Di Bacco y Bruchmann quedaban obligados a cederles tres terrenos.  Fuente Diario La Gaceta